Última actualización: 5 Ago, 2025
Hola de nuevo. En nuestro artículo anterior hablamos sobre el DAW, el corazón de tu home studio. Una vez que tienes tu DAW listo y empiezas a conectar micrófonos o instrumentos para grabar, es muy probable que te encuentres con un pequeño pero molesto fantasma: la latencia.
¿Has tocado una nota en tu teclado MIDI y el sonido ha tardado un instante en llegar? ¿O has intentado cantar por auriculares y escuchas tu voz con un ligero eco? ¡Eso es la latencia! Y aunque parezca un problema menor, puede ser un verdadero dolor de cabeza al grabar. Vamos a ver qué es exactamente y, lo más importante, cómo podemos controlarla.
¿Qué es Exactamente la Latencia?
En pocas palabras, la latencia es el retraso temporal que ocurre desde que generas un sonido (tocas una tecla, cantas…) hasta que ese sonido, después de ser procesado por tu interfaz de audio y tu ordenador, vuelve a tus oídos a través de los altavoces o auriculares.
Este retraso se mide en milisegundos (ms) y es una consecuencia inevitable del proceso digital: el sonido tiene que convertirse de analógico a digital (ADC), viajar al ordenador, ser procesado por el DAW (y cualquier efecto que uses), volver a la interfaz y convertirse de nuevo a analógico (DAC) para que lo escuches. Cada paso toma un poquito de tiempo.
¿Por Qué es un Problema al Grabar?
Aunque hablemos de milisegundos, en música, el tiempo es crucial. Una latencia que puedas percibir puede arruinar una sesión de grabación:
- Dificulta la Interpretación: Tocar un instrumento o cantar a tempo mientras escuchas tu propia acción con retardo es extremadamente difícil y frustrante. Rompe la fluidez y afecta la calidad de tu toma.
- Desincronización: Si grabas audio y vídeo (un podcast, streaming), la latencia puede hacer que el sonido no coincida con el movimiento de los labios.
- Incomodidad al Monitorear: Escuchar tu propia voz con retraso mientras hablas o cantas es muy desconcertante y puede hacer que te trabes o desafines.

¿Cómo Podemos Controlar (y Casi Eliminar) la Latencia?
Afortunadamente, aunque siempre habrá un mínimo retraso físico, podemos reducir la latencia a niveles imperceptibles. Aquí las herramientas clave:
- Ajustar el Tamaño del Búfer (Buffer Size):
- Es la principal herramienta dentro de tu DAW (en las preferencias de audio/dispositivo). El búfer es una memoria temporal que usa el ordenador para procesar el audio.
- Regla General:
- Búfer PEQUEÑO (ej: 64, 128 muestras): MENOS latencia. Ideal para grabar, ya que la respuesta es casi inmediata. PERO, exige más a tu ordenador. Si es muy bajo, puedes oír chasquidos o cortes.
- Búfer GRANDE (ej: 512, 1024 muestras): MÁS latencia. No sirve para grabar, pero da más estabilidad al ordenador para mezclar y usar muchos plugins sin sobrecargar la CPU.
- La Clave: Usa un búfer bajo cuando grabes y súbelo cuando mezcles.
- Monitoreo Directo (Direct Monitoring / Zero Latency Monitoring):
- ¡Esta función es una maravilla! Muchas interfaces de audio la incluyen.
- Permite escuchar la señal de entrada (tu voz, guitarra…) directamente desde la interfaz, antes de que entre y salga del ordenador.
- Básicamente, escuchas tu sonido en tiempo real, eliminando por completo la latencia percibida durante la grabación. Es la solución más efectiva para grabar cómodamente. Busca un botón o perilla en tu interfaz que diga «Direct Monitor», «Zero Latency» o similar.
- Controladores ASIO (en Windows):
- Si usas Windows, es fundamental que instales y selecciones los drivers ASIO específicos del fabricante de tu interfaz de audio en la configuración de tu DAW. Están optimizados para baja latencia, mucho mejor que los drivers genéricos de Windows.
- Minimizar Plugins al Grabar:
- Si sigues notando latencia incluso con búfer bajo, prueba a desactivar temporalmente los plugins que consumen muchos recursos (reverbs, simuladores de amplis…) en la pista que estás grabando o en el proyecto general. Puedes volver a activarlos al mezclar.
¿Cuánta Latencia es Aceptable?
Generalmente, un retraso total (ida y vuelta) por debajo de 10-12 milisegundos (ms) es prácticamente imperceptible para la mayoría y permite grabar sin problemas. Cuanto más bajo, mejor, pero por debajo de ese umbral no suele ser un problema práctico.
Resumiendo
La latencia es una consecuencia física del audio digital, pero totalmente manejable. Recuerda la regla de oro del búfer (bajo para grabar, alto para mezclar) y aprovecha la magia del monitoreo directo de tu interfaz siempre que grabes. ¡Con estos trucos, el fantasma del retraso dejará de molestarte y podrás concentrarte en capturar tu mejor interpretación!
En el próximo artículo, hablaremos de otra herramienta fundamental para dar forma a tu sonido: la Ecualización (EQ).
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