Última actualización: 24 Oct, 2025
En un vídeo que ha hecho las delicias de sus seguidores, Fito Cabrales ha mostrado su cuaderno personal de composición. En MusicaNueva.es hemos transcrito los primeros versos de su nuevo álbum, que te presentamos aquí en primicia.
Cuando un artista del calibre de Fito Cabrales decide abrir las puertas de su proceso creativo, el resultado es pura magia. La espera por «El monte de los aullidos», el nuevo trabajo de Fito y Fitipaldis, se ha vuelto mucho más dulce después de que el propio artista compartiera un vídeo donde, cuaderno en mano, nos guía por su nuevo repertorio.
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Y no es un cuaderno cualquiera. Se trata de su «libro de las canciones», una libreta maravillosamente trabajada, con una caligrafía cuidada al detalle que convierte cada página en una pequeña obra de arte. Un tesoro que Fito ha compartido con generosidad y del que, por primera vez, podemos leer los versos que darán vida a su próximo álbum.
El ‘libro de las canciones’: un tesoro caligrafiado
Antes de analizar cada tema, es imposible no detenerse en el objeto en sí. Las imágenes revelan un trabajo artesanal, donde cada título está dibujado con un estilo propio y las estrofas se asientan en el papel con una calgrafía preciosa y personalísima. Es la prueba tangible de que, para Fito, las canciones son mucho más que música: son historias que se miman desde la primera letra.
Las primeras letras de «El monte de los aullidos»
Con la honestidad que le caracteriza, Fito fue desvelando los secretos de cada tema mientras pasaba las páginas. Aquí te ofrecemos, canción a canción, sus comentarios junto a los versos que hemos podido transcribir en exclusiva para ti.
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Los cuervos se lo pasan bien
Aunque es la primera que muestra, Fito aclara que no fue la primera que escribió. Destaca la fuerza de un título que le encanta y que abre el cuaderno con versos que ya marcan el tono inconfundible de la banda:
Llegué hasta el fondo y ya no supe salir
Será mejor que ahora me sueltes la mano
Si te preguntan no les hables de mí
Sabes que soy solo un ave de paso
Mentira y Verdad
El verdadero pistoletazo de salida. «Es la primera canción que escribí de todo el disco», confirma Fito. El título está marcado en una estrofa que encierra a la perfección esa dualidad:
Puedo seguir disimulando
Pero no quiero estar aquí
Sabes que no puedo mentir
La marea imparable
Un lienzo de emociones contrapuestas sobre el que Fito duda: «¿No sé si es demasiado triste o demasiado alegre esta canción?». Las primeras líneas ya apuntan a una despedida cargada de significado:
Ella me dijo adiós
Me dio las gracias por las cosas buenas
Y terminó con una frase
Puntiaguda como una advertencia
La noche más perfecta
Territorio inexplorado para los Fitipaldis. «Creo que nunca habíamos hecho una canción como esta», asegura, y sus letras parecen hablar de finales y revelaciones perdidas:
La última canción del repertorio
No me pareció tan importante
Siempre me perdía el episodio
Donde se desvela el desenlace
El monte de los aullidos
La pieza titular es un ambicioso puzle musical descrito como «juntar tres canciones en una». El objetivo: que el oyente se pierda en el viaje. Sus versos nos introducen de lleno en ese paisaje:
Recuerdo aquel momento
En el monte de los aullidos
Conozco el final
De cada camino
Será mejor que no dejemos de andar
Llevaremos
La carga a la espalda y luego
Las manos a la cabeza
Las cosas que nunca digo
La punta de la lengua
Volver al espanto
El compromiso social con guiño a Las uvas de la ira. Una canción necesaria que reflexiona sobre el horror de la guerra con una lucidez que desarma:
Se perdió la carta y se dudó la letra
La que habla del querer
De todo lo que falla, de una luz perfecta
En cada amanecer
Se cavaron zanjas, se prendió la mecha
Cuando nadie pudo ver
Una esperanza corta y una mente estrecha
El horizonte una pared
Como un ataúd
La sorpresa «divertida» del disco, basada en una historia real. Su letra parece jugar con los límites entre la realidad y la ficción:
Cómo explicarte
Que no hay nada mejor que imaginarte
Si la verdad no está en ninguna parte
Te la tienes que inventar
Una maldita suerte
Un elegante desvío hacia el swing y el rockabilly. Una historia nocturna de complicidad y baile que suena así de bien:
Ha sido una maldita suerte conocer
Tu ritmo y tu manera de mover los pies
Dos gotas de agua resbalando en el cristal
Y esa noche que brillaba
Mientras tú la iluminabas
Y empezaba a amanecer
A contraluz
La canción rescatada del olvido gracias a la insistencia de Carlos Raya («¡Haz canción!»). Una pieza sobre recuerdos fugaces que hoy brilla con luz propia:
Soy el Dragón que lleva siempre a su princesa
Que cerró los ojos para recordar
Que estabas tú
Yo siempre a contraluz
Duró solo un instante
Pero te pude ver
Si acaba mal, me puedo acostumbrar
Ya sé que fue un desastre
Ardi
El cierre es un emotivo punto y aparte. Una pieza instrumental dedicada a su perra Ardi, demostrando que la música puede ser el homenaje más puro, incluso sin palabras.
Este desglose íntimo, ahora acompañado de sus primeras letras, no hace más que aumentar las ganas de sumergirse por completo en «El monte de los aullidos» y, por supuesto, de disfrutar de estas nuevas canciones en la próxima gira. Un álbum que, a juzgar por lo visto y leído, se presenta como un trabajo honesto, artesanal y con el inconfundible sello de Fito y Fitipaldis.






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