Ana Mena vuelve a sorprendernos con “Lárgate”, su nuevo sencillo, una balada con aire cinematográfico que marca el inicio de una etapa más introspectiva en su carrera. La artista malagueña, conocida por su versatilidad y por ese inconfundible toque entre lo italiano y lo andaluz, nos invita esta vez a un viaje emocional de ruptura, despecho y vulnerabilidad.
El tema, producido por Andrés Torres y Mauricio Rengifo —responsables de algunos de sus mayores éxitos—, se aleja del pop bailable de sus trabajos anteriores para adentrarse en un sonido más clásico, con influencias del pop español de los años setenta y matices que recuerdan a la canzone italiana. La instrumentación es cálida, melancólica y elegante; un acompañamiento que permite a la voz de Ana desplegar toda su fuerza interpretativa.
Que nos quiere decir en su letra
En la letra, Mena convierte el desamor en una metáfora poderosa. Las imágenes que utiliza —“tengo un hacha sin usar”, “tengo 10.000 maneras para matarte”, “te escribí una canción aunque no suene en la radio”— revelan una tensión emocional profunda. No se trata de violencia literal, sino del conflicto interno que nace cuando alguien intenta desprenderse de un amor que todavía duele. “Lárgate” es la catarsis de quien necesita decir adiós, pero aún no sabe cómo hacerlo sin quebrarse.
El tema también funciona como un autorretrato artístico. Cuando Ana canta que ha escrito una canción “aunque no suene en la radio”, parece hablar de su propia evolución: una artista que ya no busca la aprobación inmediata del éxito comercial, sino la autenticidad emocional. En ese sentido, “Lárgate” marca un antes y un después en su trayectoria: una pieza más madura, más consciente, más sincera.

Su videoclip
El videoclip, dirigido con un cuidado estético impecable, potencia la narrativa de la canción a través de un lenguaje visual simbólico. Con reminiscencias del cine italiano y una paleta cromática nostálgica, las imágenes reflejan la dualidad entre el orgullo y la tristeza, entre la rabia y la resignación. Cada plano está pensado para acompañar la historia sin robarle protagonismo a la interpretación de Ana, que brilla con una intensidad contenida.
En conjunto, “Lárgate” representa una declaración de intenciones: Ana Mena no teme explorar nuevos territorios sonoros ni mostrar sus emociones sin filtros. Es una canción que emociona por su honestidad y su dramatismo, y que confirma lo que muchos ya intuíamos: estamos ante una artista en plena madurez creativa.
0 comentarios